El testigo es un guardia de seguridad de una fábrica de ductos para la minería, en Lima, Perú. Dice que vio algo caminando por el patio y se acercó, encontrándose de frente con un extraño ser. Describe que era una entidad de baja estatura, con el rostro totalmente negro, sin facciones.
Lo más notable era su capa de apariencia metálica y una especie de cinturón que cambiaba de color. Eso, al parecer, le permitía elevarse por los aires.
El guardia dio aviso y pidió que buscaran las imágenes en las cámaras de seguridad, encontrando las capturas en las cámaras 04 y 05. Esto ocurrió la noche del 23 de abril de 2014.
El dueño de la empresa prohibió la difusión de los videos.
Pero al paso del tiempo, e inspirados por el caso Pachacamac, es que Mario G. y su primo se animaron a enviarme el material, autorizando su publicación.
El primo de Mario trabaja en ese lugar.
Agradezco su confianza en mi trabajo.
En mi opinión, es un fenómeno inexplicable, que invita a la reflexión e investigación de lo qué está ocurriendo en Perú.