Esa tarde vigilaba el cielo desde la azotea de un edificio, en compañía de mi esposo y un amigo, cuando un extraño objeto volador nos sorprendió con sus evoluciones. Parecía una combinación entre máquina y animal.
Hoy se cumplen diez años, lo grabé el 14 de febrero de 2004, desde Acueducto de Guadalupe, en la zona norte de la capital mexicana. Esa tarde me acompañaban mi esposo y Salvador Guerrero. Eran las 18:30h.
Lo observé por el oeste, a gran distancia, primero con los binoculares y después con una cámara de 20x de zoom óptico.
Inicialmente pensamos que podía ser un helicóptero, pero al darnos cuenta de que no se movía de un mismo lugar, empezamos a sospechar que era algo extraño. Y es cuando prendí la cámara, afortunadamente, pues me tocó documentar el momento en que el objeto principal absorbió a una esfera en pleno vuelo.
Posteriormente se dividió en dos partes y entonces nuestra sorpresa no tuvo límite, ¿qué aparato, helicóptero o animal puede fragmentarse en el aire y volverse a unir?
Y por si esto fuera poco, además expulsó un elemento más pequeño, quizás el mismo que había capturado unos minutos antes.
Y por si esto fuera poco, además expulsó un elemento más pequeño, quizás el mismo que había capturado unos minutos antes.
Un mes después, Carlos Rodríguez grabó el mismo ovni (o uno similar), desde la colonia Progreso Nacional, a pocos kilómetros de mi domicilio.
Han pasado diez años y todavía no encuentro una explicación, admirada porque aquello parecía una combinación entre máquina y animal. ¿Ovni biológico?
Este video es un fragmento con las mejores escenas, el completo dura media hora.
Este video es un fragmento con las mejores escenas, el completo dura media hora.